En este segundo volumen que comienza en 1656 Angélica, ya casada por poderes sale de Monteloup hacia Toulouse para conocer a su marido el conde de Peyrac. Asustada e influida por las muchas habladurías que ha escuchado sobre éste, desde su aspecto físico hasta sus devaneos con la alquimia y lo «prohibido», sus peores temores se hacen realidad al conocerle y su primera reacción es de rechazo.
Sin embargo, Angélica irá descubriendo la fascinante y misteriosa personalidad del conde; un hombre sabio y libre pensador cuya presencia y riqueza fascina a todos los que le rodean. Pero un hombre como Joffrey de Peyrac también genera envidias y son muchos los que querrán hacerse con su posición y patrimonio; enemigos poderosos que utilizarán cualquier medio para acabar con él.
Mientras, Luís XIV, aplacada ya la revuelta de «La Fronda» que había puesto en peligro su reinado, se afianza en el trono de París, y pronto surgirá el conflicto con la España de Felipe IV, que todavía ejerce un férreo control sobre Flandes.