Consumida por ti
Consumida por ti
Consumida por ti
La novia está impresionante. El novio, de infarto. Una lástima que el padrino sea un gilipollas de campeonato.
Cuando mi mejor amiga me pide que sea su dama de honor, me siento honrada, claro. Pero solo hasta que me presenta al padrino y me doy cuenta de que ya nos conocemos, justo de esa mañana, cuando… Espera que te lo cuente: le tiré por accidente un vaso de zumo de naranja encima de su traje a medida impoluto.
No es que fuera mi mejor momento, pero tampoco tenía que comportarse como un imbécil. Y ahora, lo peor es que tengo que pasar cinco días en una isla paradisíaca con un tipo que es totalmente lo contrario a mí.
Un mandón obsesionado con la limpieza que odia la impuntualidad.
Y yo soy descarada y desordenada y llegaré tarde hasta a mi propio funeral.
Aunque, si escarbo un poco, igual es posible encontrar algunas similitudes.
Lo detesto, y él me odia. Le encanta ganar. Yo odio perder.
Él es un mujeriego… y yo una ligona.
Y por eso no debería sorprenderme que seamos dinamita entre las sábanas.
Aunque tampoco importa. La vida es demasiado corta como para quedarse con un solo hombre. Sobre todo, si ese hombre es Penn Kingcaid, alias Don Forrado.