Los hijos de la sal
Los hijos de la sal
Los hijos de la sal
Cartagena, 1782.
El destino del pequeño Ricardo Sancho se ve sellado la madrugada en la que pierde a toda su familia en una extraña reyerta cerca de la ensenada de El Portús. Huérfano y sin hogar, se convierte en otro más de los golfillos que pueblan el puerto de Cartagena, de esos a los que
todavía hoy llaman «icues».
Tras varios años de hambre y penurias, encuentra la oportunidad de ingresar en la Academia de Guardias Marinas, donde con alguna que otra artimaña logrará ocultar sus humildes orígenes, para licenciarse como el mejor de su promoción.
Veinticuatro años después, tras la derrota de Trafalgar, Ricardo regresa a la Cartagena que lo vio marchar. Descubre entonces que todo en lo que creía puede desmoronarse como un castillo de naipes. Su patria se ve amenazada por un conflicto interno que la desgaja hasta la médula, además de por la inminencia de la guerra contra el francés.
Sin embargo, la guerra nunca termina cuando callan las armas.