Noches en Índigo
Dylan James no tiene ninguna expectativa en cuanto a las relaciones sentimentales. De las mujeres solo busca sexo sin ataduras y ellas se relacionan con él por su dinero y su poder. Es un intercambio justo, y él se siente cómodo así. Decididamente funciona.
Beth Harrison está harta del amor. Está cansada de las mentiras y los juegos que se traen los hombres y ha decidido dedicarse por completo a su pasión, la repostería, que es lo que la protege de que le rompan el corazón. Y más cuando comienza su carrera como repostera televisiva y un nuevo mundo se abre ante ella.
Tanto Dylan como Beth saben que el sexo casual consiste en dar lo que necesitas para conseguir lo que quieres.
Excepto que a veces das más de lo necesario y obtienes todo lo que siempre quisiste